Libertad, Sancho

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!

lunes, 25 de julio de 2011

El Punto de Vista Económico


Los marxistas no están dispuestos a reconocer que también los nazis son socialistas. A sus ojos el nazismo es el peor de los males del capitalismo. Los nazis, por otra parte, describen el sistema ruso como el más vil de todos los tipos de explotación capitalista y como una diabólica maquinación del judaísmo mundial para dominar a los “gentiles”. Sin embargo, está claro que a ambos sistemas, el alemán y el ruso, hay que considerarlos socialistas desde el punto de vista económico. Y el único punto de vista que importa, cuando se discute si un partido o sistema es socialista o no, es el económico. Por socialismo se entiende y se ha entendido siempre un sistema de organización económica de la sociedad. El socialismo es el sistema en que el gobierno controla plenamente la producción y la distribución. En la medida en que el socialismo existente en los distintos países aislados pueda llamarse socialismo auténtico, tanto Rusia como Alemania tienen razón al definir sus sistemas como socialistas.

Extracto de “Gobierno Omnipotente [En Nombre del Estado]” – Ludwig von Mises

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