Libertad, Sancho

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!

sábado, 18 de junio de 2011

“Gnosis I” – Boris Mouravieff


[…]¿Cuántas crueldades, violencias y compulsiones han sido ejercidas por revoluciones hechas en el nombre de la libertad y de la fraternidad? Estos ejemplos podrían multiplicarse sin fin.
En el momento, esas desviaciones se nos escapan casi siempre. Seguimos imaginando que mantenemos la misma dirección, mientras que insensiblemente fuimos conducidos, sin darnos cuentas, a tomar la dirección opuesta. En ese momento nuestra acción emprendida en el plano moral recibe automáticamente un nuevo impulso proveniente de la reacción del medio al impulso primitivo. Cuanto más vigoroso, “vanguardista”, o “revolucionario” ha sido éste, la reacción, siguiendo el principio de Equilibrio, es más fuerte. De manera que el movimiento en sentido inverso, aquel que en el lenguaje común se llama reacción toma una amplitud inesperada y hace a veces volver a los promotores de la acción inicial mucho más atrás de su punto de partida. Este es casi siempre el caso para las doctrinas políticas.

Extracto de “Gnosis” – Boris Mouravieff

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